Decimocuarta
entrevista a los autores de TodoRelatos.
Tenía
miedo. No porque, como el resto de autores, el siguiente entrevistado también
fuera un pervertido (capaz de aniquilar al mundo , de someterme a tratamientos hormonales o elucubrar
planes
maquiavélicos a costa de perjudicar a un inocente sacerdote), sino porque en
esta ocasión, estaría en presencia de una persona non grata para el webmáster
de TodoRelatos. Por lo tanto, nuestro encuentro sería de perfil muy bajo; una
entrevista clandestina tras líneas enemigas.
Como premio
a mi valor, el entrevistado me adelantó un regalo peculiar: una máquina del
tiempo, de aspecto similar a una máquina arcade de videojuegos en donde podía
observar sus relatos para poder hacerme una mejor idea de su nivel de
perversión. Accionando una palanca, no solo su antigua cuenta de
autor sino momentos
históricos de TodoRelatos pasaban en la pantalla.
La instalé
al lado de la mesita donde lo entrevistaría; vaya que le saqué provecho: TR hace trece años, el foro de Autores , el servicio de llamadas telefónicas, el envío de relatos anónimos y hasta Lydia reinando en el TOP.
Solté la
palanca al ver que Besante, el nuevo entrevistado, entró al local; retiró un
reloj de bolsillo de su pantalón y comprobó su puntualidad. Mis camareras se
acercaron solícitas; una para guardarle su abrigo y su sombrero en el perchero,
la otra para guiarlo hasta mi mesa.
Tragando
saliva, me pregunté cuántos errores de sintaxis, concordancia y de estilo me
estaba señalando mentalmente.
Preparé mi
bloc de notas así como mi diccionario de la lengua española conforme se sentaba
y las chicas nos servían la mesa.
Hola hombre, gracias por aceptar mi entrevista
al decimoséptimo correo… Cediste más rápido de lo que había pensado.
¿Cómo decirle ‘no’
a un amigo? (Aquí te paso mi dirección, como quedamos…).
Sabes, me estoy arriesgando mucho hablándole a
un baneado de esta página. Pero lo cierto es que me alegra haberlo hecho, ¡esta
máquina del tiempo es un vicio! ¡Mira, HombreFX dando sus primeros pasitos! ¿Te acuerdas de la categoría “Jovencitas”? ¿O Primera
Vez? ¡Mírame
tan jovencito! ¡Mírate
a ti tan jovencito!
Dijiste un ‘5J’
¿no?
Sí, el jamón ese… Se lo encargué a un colega
de confianza… ¿¡Quieres
recibir videos porno en tu Nokia 1100!?
Lo que
quiero recibir en mi móvil es la confirmación del pedido antes de que acabe la
entrevista… ¿empezamos?
Cómo no –chasqueé los
dedos y las camareras nos sirvieron la mesa-. ¿Cuartodecimano? ¿Besante? ¿Y
esos Nicks?
Ya he contado que
‘cuartodecimano’ era una contraseña, que acabó convirtiéndose en nick por
error. Andaba buscando un nick con fuste y mi candidato era ‘andábata’, pero no
me convencía el acento (tilde, que dicen ahora) y seguí buscando hasta que
encontré ‘besante’: sugestiva y engañosa.
Háblame de tus primeras experiencias con la
escritura.
La be con
la a, ba… En el colegio tuve que rellenar muchos cuadernos de ortografía, como
castigo por mi mala letra. ¿Eso cuenta?
Prácticamente
todo lo que he escrito en la vida ha sido correspondencia comercial, poco apta
para florituras. Sí que recuerdo que una vez me vi en el compromiso de redactar,
como si fuera ella, una carta de petición-reclamación para la que hoy es mi
cuñada, e impresioné a todos por el fulgurante resultado de la gestión.
Aparte de
eso, nunca he escrito nada, ni me creía capaz de hacerlo.
¿Qué te hizo decidir a escribir relatos
eróticos?
El
descontento por la mayoría de lo que leía en TR. Traté de escribir lo que me
gustaría leer.
¿Me estás diciendo que bien entrado en tus
cincuenta años te decidiste a escribir relatos eróticos?
La verdad
es que no había sentido la necesidad de hacerlo, ni tenía ninguna confianza en
mis posibilidades literarias. Mi primer intento fue patético: un castigo para
el sufrido lector y una afrenta para el autor; por eso lo borré, abochornado.
Tras eso, aun no me explico cómo me atreví a intentarlo por segunda vez…
¿Cuáles son tus inspiraciones?
La vida cotidiana…
Procuro que mis personajes sean de lo más normalito, soy muy ‘next door girl’.
Por favor, no adoptes esa pose…
Desde
siempre he fantaseado y muchas de esas fantasías han sido eróticas, como todo
el mundo. Con los años, vas forjando unos personajes recurrentes en los que
proyectas tus anhelos y vivencias. Luego, para mis relatos, suelo utilizar
variaciones de esos personajes o situaciones que ya tengo muy trabajados. Como
soy tan celoso de mi intimidad, ni siquiera utilizo los personajes o
situaciones de mis fantasías recurrentes, sino variaciones de ellos, especiales
para la ocasión.
¿Cómo encontraste TodoRelatos?
Creo que
fue a través de LibroDot.com, si el Alzhcomosellame no me engaña. Buscaba
literatura y me encontré con algún relato subido de tono. Me pareció
‘estimulante’ e indagué dónde podría haber más, encontré varias páginas, entre
ellas TR; me pareció la más completa y me quedé. Como solo te dejaba leer 3
relatos cada 15 días o algo así, me acabé registrando.
Eres el primer baneado de TodoRelatos que está
siendo entrevistado. ¿Cómo es el más allá? ¿Hay furcias? O mejor aún, para los
que no sabemos la película del todo bien; ¿qué crímenes has cometido?
Eso me
gustaría saber a mí. Hasta en la Inquisición había una acusación formal y
tenías una teórica opción de defensa de tu inocencia. Simplemente, desde un día
a finales de agosto de 2012, por alguna incidencia técnica, mis valoraciones y
comentarios se pierden en el éter y si intento publicar algo me aparece un
rótulo que indica que ‘el
número de relatos recibidos a diario es muy elevado. El envío de nuevos relatos
se encuentra limitado actualmente’, así que oficialmente no estoy baneado; son ‘incidencias técnicas’ que
nunca se subsanan.
Puedo intuir el
porqué, pero el webmaster nunca ha contestado a mis demandas de información,
supongo que porque le da vergüenza no poder aportar ninguna explicación
razonable a su actitud, más allá del arrogante ’porque puedo’ que proclama su
silencio.
Y toda una partida de relatos, comentarios y
valoraciones eliminadas sin explicaciones. ¿Planeas publicarlas en otro sitio?
Mi primer
impulso fue dejar de escribir. Luego volví a hacerlo, pero no planeo republicar
nada en otra parte.
Pero encontraste cobijo en el Ejercicio de
Autores. ¿Qué puedes decirnos de tus experiencias participando allí?
Entré en el
Ejercicio por provocación de gatacolorada y escribí con mucha ilusión un par de
relatos, uno muuuy largo y otro muuuy corto, para lo que soy yo, aunque
gatacolorada publicó luego otro similar (un relato con solo diálogos) con la
mitad de palabras. Me resultó muy duro retirarme, por la indignación de las
‘incidencias técnicas’ surgidas justo la víspera de comenzar el Ejercicio, pero
me impuse leer y comentar los relatos como si participara. El siguiente sirvió
para que me animara a volver a escribir y ahí sigo. Es un poco extraño,
escribir únicamente acerca temas sobre los que no decido, cuando no publico
nada escrito ‘libremente’, pero me parece una buena excusa para no dejar de
escribir.
¿Cuál es tu categoría preferida para publicar?
Como
explico en mi perfil, Amor filial me parece perfecto para explorar el sexo no
trivial, y además garantiza muchos accesos. Pero quizás la categoría más
adecuada a mi estilo sería Erotismo y amor, aunque tiene la pega de que esa la
leen solo cuatro gatos.
Nombra una categoría en donde nunca
publicarías.
Dominación,
No consentido, aquellas en las que alguien encuentra placer denigrando a otro,
y no como juego erótico, que sería aceptable, sino como actitud vital, lo que
me parece inaceptable
Cuando te sientas para escribir un relato, ¿ya
tienes una idea fija en la cabeza o prefieres dejarte llevar?
Normalmente
lo he escrito ya (incluso con detalle) en mi cabeza. Pero el puto
Alzhcomosellame hace que cuando me siento al teclado se me hayan olvidado los
detalles y, al rehacerlo, surge alguna variante que modifica la idea inicial, y
suelo hacer caso de esos cambios de último momento.
¿Qué tanto de realidad hay en tus relatos?
Algún
detalle suelto está tomado de la realidad, para darle mayor verosimilitud, pero
en lo fundamental, es fruto de mi imaginación. Por ejemplo, hace un año, mi
vecina del 9º bajó a buscar un tanga que se le había caído al tender… y hasta ahí puedo leer, que decía Mayra Gómez Kemp en Un, dos, tres.
¿Qué podemos saber de tu persona?
Que es una
persona extraordinariamente normal, discreta, amable, simpática y entrañable,
como cualquier asesino en serie que se precie. Si no, ya me hubieran pillado, pardillo…
¿S-saben las personas de tu entorno que
escribes relatos eróticos?
Las vivas,
no.
Muy normal no me parece estar
consultando el diccionario cada tres párrafos que escribes. ¿De qué planeta
viniste?
¿Solo una vez
cada tres párrafos? Tendré que esforzarme más…
No procedo de
otro planeta, sino de otra época, muy próxima pero a la vez muy distante. La
primera televisión entró en mi casa cuando yo tenía 15 años, así que pertenezco
a una generación cuyas únicas expansiones eran el cine de los domingos y la
lectura. El virus me lo inoculó mi hermano mayor, y yo he procurado trasmitirlo
a otros.
En el Colegio,
también tengo el privilegio de pertenecer a una generación que todavía no había
sido víctima de los Planes de Estudio de la Pedagogía Modelna; tengo a gala ignorar lo que es un morfema ni un sintagma,
pero me supieron transmitir una sólida base cultural y el gusto por el
conocimiento que, con humildad, sosiego y sentido común, te acaba conduciendo a
la sabiduría (espero). Todo lo contrario de la complacencia arrogante en la
propia ignorancia tan común hoy día.
Como dijo
Marilyn, ‘para adquirir conocimientos, uno debe estudiar; para adquirir
sabiduría, uno debe observar’. No fue la Monroe ni la Manson, sino la vos Savant, la persona viva con mayor
cociente intelectual conocido… y absolutamente desconocida, claro.
¿Qué sientes cuando escribes tus relatos?
Como ya he
dicho, antes de escribirlos los armo en mi cabeza. Tratar de dar vida,
coherencia a personajes imaginados y lograr que interactúen de forma verosímil
es tan excitante como agotador. Luego está la parte formal: encontrar las
palabras adecuadas para expresar lo que quieres contar, pulir el texto
obsesivamente una y otra vez… para que se te acaben colando erratas como la que
encontró Longino en el último Ejercicio.
Nombra algo que jamás harías que sí ha hecho un
personaje de tus relatos.
Dejarme
maquillar como una chica, no porque piense que haría peligrar mi virilidad,
sino por su carácter denigratorio, de negación de mi identidad sexual (en mi
relato lo hace porque pierde una apuesta).
¿Tu relato propio favorito? ¿Razones?
Un
día en la vida. Tiene un montón de defectos (o de excesos),
pero disfruté creándolo como no he disfrutado con ningún otro.
¿Cuál es en tu opinión tu relato menos
atractivo?
Probablemente,
Con su blanca palidez. Traté de no
releer El gato de Cheshire, salvo
para consultar detalles muy concretos, pero aun así, es un relato absolutamente
deudor del primero y, por sí solo, es bastante inconsistente.
¿Te gustaría ver tus relatos publicados en un
libro?
Absolutamente,
no. Primero, no guardan ninguna conexión entre ellos, y después, no tengo esa
clase de vanidad.
¿Tienes una anécdota que contar con respecto a
la creación de tus relatos?
El primer
relato que publiqué, lo hice dividido en 5 partes. Publiqué el Prólogo, con
mucho miedo, esperando toda clase de exabruptos y, para mi sorpresa, gustó. Así
que me animé a escribir el resto. Una lectora me hizo un comentario en el
cuarto episodio que me dejó perplejo, porque le parecía muy precipitada la
evolución de la relación entre los personajes; le contesté con mucha delicadeza
señalándole la posibilidad de que se hubiera saltado la tercera parte de la
historia y resultó que así era. Lo más curioso es que, aun así, la 4ª parte le
había parecido estupenda…
¿Tus relatos favoritos de la web? Dime tres.
Las series Casanova, de talibos, Niña Lucía,
de Kalashnikov, y Memorias,
de Zorro Blanco. Casi son más novelas que relatos, pero
tienen la enjundia necesaria que echo de menos en un relato corto.
¿Qué debería tener un relato erótico para que
te guste?
Historia,
personajes y morbo. Si echar un polvo es algo tan trivial como tirarse un pedo,
la mayor orgía tendrá tanto aliciente como un concurso de pedos. En una
dictadura, el sexo por el sexo puede ser (es) una forma de rebeldía frente a
una moral opresiva; en una sociedad donde el disfrute de la sexualidad es un
derecho fundamental, el sexo por el sexo es la máxima expresión de la docilidad
consumista, la prueba de que te tienen bien cogido por la entrepierna,
haciéndote creer que estás haciendo uso de tu libertad. Los relatos de
calentones, de sexo gratuito, me aburren solemnemente.
¿Quiénes son tus autores favoritos? Otros tres.
Caronte-Kalashnikov,
kiosquero y Longino.
Mail oculto…
Nunca he
deseado contactos privados con los lectores, y he rehusado siempre todo
ofrecimiento al respecto.
¿Qué importancia le das a los comentarios a tus
relatos?
La gente tiene
perfecto derecho a leerte sin dejar su comentario, pero cuando escribes de
verdad, aprecias en su valor los que recibes, positivos o negativos, y te
desmotiva dolorosamente la indiferencia que parece transmitir la falta de
ellos. Dicho esto, hay que saber relativizar su contenido, y considerar siempre
que solo es la opinión de la minoría irrelevante que deja comentarios (la de la
mayoría silenciosa suele ser aun peor…).
¿Cómo te tomas las críticas?
Voy a
registrar la frase “la autocomplacencia es una estupenda enfermera, pero una
pésima maestra”. Yo estaba convencido de que El gato de Cheshire era casi una obra maestra, lo mejor que había
escrito. Salvando la calidad formal, el relato no gustó demasiado; me dolieron
las críticas (literarias; las otras, simplemente las ignoré), pero tengo que
admitir que todas ellas eran justas. El ritmo ha sido siempre el talón de
Aquiles de mis relatos y las referencias musicales al Anillo de Wagner, en vez de lograr la complicidad del lector,
contribuyó a sacarlo del relato.
En
Trovadores hemos discutido varias veces el tema, y yo me reafirmo en que todas
las críticas (negativas) te pueden ayudar a mejorar, independientemente de la
mala leche con que te las hagan. Ya que duelen, por lo menos, sácales provecho.
Estrellitas. ¿Qué tanta importancia les das a
las valoraciones?
Nula.
Valoraciones anónimas es sinónimo de manipulación posible. Dicho esto, cuando
tras 16 Excelentes me pusieron un Terrible a Recuerdos relocos, recuerdo que
sentí rabia e impotencia. Jugaba con ventaja, ya que era un relato larguísimo y
a quien no le gustaba, abandonaba antes, así que el que conseguía llegar hasta
el final, me ponía un Excelente…
¿Qué consejos nos das para escribir un buen
relato erótico?
Una trama
que te apetezca desarrollar, unos personajes con los que te gustaría
identificarte, unos hechos que no te importaría protagonizar; agítese todo
hasta que surja el morbo, y sírvase muy caliente…
Un artesano
domina la técnica, un artista transmite emociones; pero no son excluyentes,
sino todo lo contrario: cuanto mejor artesano seas, mejor artista podrás llegar
a ser. Todos somos aficionados, pero me duele el desprecio general por la
corrección formal de lo que se escribe, tachando de elitista cualquier
exigencia de una calidad mínima. Parece que muchos creen que en el erotismo
‘cuela’ cualquier cosa, y no debería ser así.
¿Pffafa´dia mfadoiaf?
Depende de
la fluctuación del contenido inherente a la proposición subyacente.
¿Qué proyectos puedes adelantarnos para el
futuro?
Cenar, ver
el episodio de Castle en AXN…
En lo
literario estoy de un vago que me asusta. Como tiendo a novelar, más que
relatar, son proyectos tan complejos que acaban siendo disuasorios. Incluso
pensar en participar en el próximo Ejercicio me resulta agotador.
Sobre TR, ¿qué es lo más positivo que puedes
destacarnos?
Su
difusión. Aunque parece que ha bajado en un tercio (lo que no es poco) sigue
siendo un escaparate sin igual.
¿Y los puntos negativos?
Todo lo
demás. El nulo control de calidad que ha habido siempre; el deterioro, fruto
del abandono del webmaster y su deriva hacia el negocio puro y duro; la
creciente conversión en un monocultivo de relatos homosexuales, lo que acabará
transformando la página en un ghetto
homosexual, a medio plazo, al expulsar al resto de categorías. Los relatos gays
y lésbicos ya superan, por separado, la categoría de Amor filial, que era la más
nutrida hasta hace poco.
¿Qué propondrías para mejorar la web?
La deriva
homosexual no se puede detener sin violar los derechos de gays y lesbianas, y
pedirles autocontrol para que vuelva un cierto equilibrio entre las distintas
categorías que eviten la creciente impresión de ghetto homosexual es ridículo, así que no le veo una solución
clara.
Por
supuesto, un cambio radical de actitud del webmaster, para incentivar a los
autores del resto de categorías, en vez de desmotivarlos, ayudaría algo. Para
salir de un hoyo, lo primero es dejar de cavar…
¿Cuánto tiempo te toma, por lo general,
escribir y corregir un relato hasta tenerlo listo para publicar?
En
escribirlo suelo tardar una semana; en pulirlo, bruñirlo y esmaltarlo, de cinco
días (mínimo) hasta que mi salud mental me recomienda parar.
¿Cuál es el prototipo de protagonista con el
que te sientes más cómodo escribiendo?
Curiosamente,
cuando más me he divertido es cuando he intentado meterme en la piel de una
chica, fuerte pero con las inseguridades y contradicciones típicas de la edad.
Los chicos tienden a salirme más bien gilipollas, quizás porque se parecen más
a mí…
Te atrae el romance de los años mozos…
Más allá de
absurdas sospechas pedófilas, lo cierto es que la adolescencia me parece una
etapa terrible y maravillosa, y me gusta fantasear sobre cómo me gustaría que
hubiera sido la mía, en vez de lo absolutamente sosa e intrascendente que fue.
También te atrae el morbo de la tensión sexual
irresoluble, ¿no es así? En “Un día en la vida” abunda más la tensión sexual
antes que el propio acto.
No recuerdo
cómo lo decía allí Innominata (la protagonista no tenía nombre) pero la
‘amenaza’ de algo que se percibe como ineludible puede generar las mismas
sensaciones y emociones que su materialización; y si la ‘amenaza’ tiene alto
voltaje erótico…
Un amigo de
juventud decía que ‘follar es de albañiles’. La descripción del acto sexual en
sí suele ser pobre, repetitiva, aburrida a la larga. Es el entorno, el morbo,
lo que da aliciente al relato. Allí abusé del amagar y no dar, pero como ya he
dicho, me lo pasé estupendamente escribiéndolo.
El Gato de Cheshire y Con
su Blanca Palidez. Dos historias en una. ¿Cómo se te
ocurrió? ¿Dificultades para plantearlo?
Escribí El gato de Cheshire y, al adelantar una
posible respuesta a la presumible crítica de que el chico era una mera figura
decorativa, escribí un párrafo de 20 líneas explicando a grandes rasgos su
historia anterior. Como 2 semanas antes del cierre del plazo, se me ocurrió
desarrollar ese párrafo y, contra reloj, escribí y corregí Con su blanca palidez, con lo que aún llegué a entregarlo 2 días
antes de que se cerrara el plazo.
Imagínate
mi risa cuando me acusaron de racista, y mi rabia porque el relato que dejaba
en ridículo tal sandez aun tardó 7 semanas en publicarse y, para entonces, la
gente ya se había olvidado de la acusación.
Lo malo de
la gente joven (de cualquier época) es que cree que el mundo ha sido siempre
como lo conocen ellos, con lo que tienden a considerar que lo que ellos
perciben como normal, lo ha sido siempre. ¿Cómo hacerles entender que el mundo
ha evolucionado (no siempre a mejor) y que hay otras formas de ver las cosas;
que nuevo y bueno no son siempre sinónimos?
Fui torpe
en el intento y desafortunado en la expresión pero, con el respeto hacia las
personas que me caracteriza, pretendía denunciar una presión injustificada a
favor de la depilación genital, que no es más que una moda reciente, y con la
que personalmente estoy en desacuerdo.
Habías dicho una vez que sabías
escribir, pero no narrar. A casi dos años de aquello,
¿sientes que has evolucionado como cuentista?
Lamentablemente,
me temo que sigo donde estaba. Tampoco he escrito mucho como para practicar; claro
que tampoco me gusta ‘practicar’, hacer ‘caligrafía’. O disfruto escribiendo, o
no escribo. Y el ritmo sigue siendo el punto flaco de mis relatos.
Me sigue
jodiendo encontrar expresiones sudamericanas en relatos supuestamente escritos
por españoles. Me irritan y me sacan del relato. Las expresiones sudamericanas,
per se, no me irritan pero me chocan y por
tanto tienden a sacarme del relato, porque hago mía la máxima de Ginés Linares:
¿Cómo sabes si un relato es bueno? Si no te das cuenta de que estás leyendo.
Publicaste un relato en “Amor Filial” que de
Amor Filial no tenía nada. ¿Podrías explicar tus razones?
Antes de la
invasión gay-lésbica, Amor filial era la categoría que te aseguraba más
accesos. Era un simple ardid para tener la oportunidad de dar a conocer mi
kilométrico trabajo a más gente.
¿Y las conclusiones, vista la reacción de los
lectores? Porque verás, les has engañado…
Pues la verdad es
que ninguno me recriminó nada; como ya lo avisaba en la entradilla… Además, ‘muy
poco, apenas nada’ no es sinónimo de nada. Dicho esto, reconozco que el poco
incesto que había lo metí con calzador y era absolutamente prescindible para la
historia en sí, lo que no fue muy honrado por mi parte. Fue una concesión a la
galería ‘casi’ fraudulenta, para obtener accesos, que confieso con rubor.
¿A qué se debe esa particularidad de iniciar tus
relatos con un diálogo?
Y tratar de
explicar el porqué de algún dicho, o incluir algún chiste… Son pequeñas
‘tradiciones’ que me he inventado y que procuro mantener.
Comenzar
con un diálogo es como tirarte de cabeza a una piscina. Te mete de lleno en la
trama. ‘In media res’ leí (creo que a Ginés) que se llama ese recurso, y me
gustó. En Con su blanca palidez no lo
usé.
Muchas gracias por haber cedido, hombre de
bien. Me alegra tenerte en el grupo de los entrevistados.
Por un
amigo, lo que haga falta…
Por cierto,
no he recibido en mi móvil la confirmación del Jabugo de 5J…
Relato destacado: Un día en la vida
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